viernes, 18 de enero de 2013

Parashá 15 Bo

Mana diarioParasháDonaciónDoctrina Trinidad
Parashá 15 Bo
Éxodo 10:1 – 13:16

Por Dr K Blad ©

Prohibida toda reproducción lucrativa.
Aliyás de la Torá:
  1. 10:1-11
  2. 10:12-23
  3. 10:24 – 11:3
  4. 11:4 – 12:20
  5. 12:21-28
  6. 12:29-51
  7. 13:1-16
  8. Maftir: 13:14-16
Haftará: Jeremías 46:13-28
Los Escritos Apostólicos: Lucas 5:12 – 7:50
Aliyás de los Escritos Apostólicos:
  1. 5:12-32
  2. 5:33 – 6:19
  3. 6:20-42
  4. 6:43 – 7:17
  5. 7:18-50
Bo
Significa “ven”.
Primera aliyá, 10:1-11
HaShem le dice a Moshé que venga a Faraón. El Eterno ha hecho pesado los corazones de Faraón y sus siervos para hacer grandes señales que serán contados a los hijos y a los nietos de los israelitas, y también para que los hijos de Israel sepan que él es HaShem. Moshé y Aharón se presentan ante Faraón y le pide que deje ir al pueblo hebreo. Si no lo hace vendrán langostas que cubrirán la tierra y comerán lo que se quedó del granizo y llenarán las casas. Será algo que nunca se ha visto antes. Cuando Moshé sale, los siervos le dicen a Faraón que deje que el pueblo sirva a HaShem porque Egipto está destruido. Hacen volver a Moshé y Aharón y Faraón les dice que vayan a servir a HaShem. Al preguntar quiénes van a ir, Moshé contesta que irán con jóvenes y ancianos, hijos e hijas, ovejas y vacas porque se va a hacer una fiesta al Eterno. Faraón dice que están pensando hacer mal. Sólo deja ir a los hombres. Luego los expulsa de su presencia.
Segunda aliyá, 10:12-23
Por orden de HaShem Moshé extiende su mano y el Eterno hace soplar un viento fuerte del oriente todo el día y toda la noche que trae langostas que se asientan en todo el territorio de Egipto y el país se oscurece. Comen todo lo que quedó desde el granizo y no dejan nada verde. Faraón llama a Moshé y a Aharón y reconoce que ha pecado. Pide que se le perdone y que oren para que se quite la langosta. Moshé ora y un fuerte viento occidental arroja las langostas en el mar de Cañas (Rojo). Pero HaShem fortalece el corazón de Faraón y no deja ir a los hijos de Israel.
Por mandato de HaShem Moshé extiende su mano sobre el cielo y hay tinieblas sobre todo Egipto durante tres días de modo que nadie se ve ni se levanta. Pero los hijos de Israel tienen luz donde moran.
Tercera aliyá, 10:24 – 11:3
Faraón llama a Moshé y dice que pueden ir a servir al Eterno con los pequeños, pero dejando el ganado. Moshé dice que Faraón también tendrá que darles sacrificios y por eso el ganado tendrá que ir también. Pero HaShem fortalece el corazón de Faraón y no los deja. Faraón dice a Moshé que se aparte y que no vuelva a ver su rostro, porque entonces morirá. Moshé dice que habló bien porque no volverá a ver su rostro.
HaShem dice que va a traer una plaga más sobre Faraón y sobre Egipto y entonces echará a los hijos de Israel completamente. El pueblo tendrá que pedir de sus vecinos objetos preciosos. El Eterno hace que el pueblo gana el favor de los egipcios. También Moshé es muy estimado en todo Egipto.

Cuarta aliyá, 11:4 – 12:20

Moshé dice a Faraón que HaShem va a salir por la noche por todo Egipto y entonces morirá todo primogénito, de los hombres y del ganado. Habrá un gran clamor en todo Egipto como nunca ha habido antes ni habrá. Pero los hijos de Israel no sufrirán daño, para que sepan como HaShem hace diferencia entre Egipto e Israel. Todos los siervos de Faraón se inclinarán a Moshé pidiendo que salga con el pueblo y entonces saldrá. Moshé sale de Faraón ardiendo en ira. Faraón no escucha para que las maravillas del Eterno se multipliquen en Egipto. Moshé y Aharón han hecho todas estas maravillas ante Faraón, pero HaShem ha fortalecido su corazón y no deja salir de su tierra a los hijos de Israel.
HaShem dice que este mes será el primer mes del año para los hijos de Israel. El día diez del primer mes cada padre tendrá que traer a su casa un cordero o un cabrito. El que tiene una familia pequeña podrá juntarse con el vecino más cercano para que juntos puedan comer un cordero o un cabrito entero, según el número de personas. El cordero o el cabrito será un macho, sin defecto, que esté en su primer año. Será guardado hasta el día 14 para ser sacrificado por la tarde. Parte de la sangre será puesta en los dos postes y en el dintel de la casa donde lo coman. Hay que comer la carne esa noche, asada al fuego, junto con pan sin levadura y hierbas amargas. No se puede comer crudo ni hervido, sino asado, con cabeza, patas y entrañas. No se puede dejar nada para la mañana siguiente. Lo que quede tendrá que ser quemado en fuego. Hay que comerlo rápido, vestido para salir. Es el Pesaj del Eterno.
Esa noche HaShem pasará por Egipto para matar todo primogénito. Todos los dioses serán juzgados por HaShem. La sangre será señal para los hijos de Israel. Cuando HaShem vea la sangre saltará sobre ellos y ninguna plaga los tocará. Ese día será recordada con la celebración de una fiesta al Eterno por todas las generaciones.
Siete días se comerá panes sin levadura. Antes del primer día hay que quitar toda levadura de la casa. La persona que coma algo leudado durante los siete días será cortada de Israel. El primer día y en el séptimo días habrá santas convocaciones. En esos días sólo se puede trabajar preparando la comida que se va a comer.
Hay que guardar los panes sin levadura, porque en ese día HaShem sacó a los ejércitos de Israel de Egipto. Ese día será guardado de generación en generación. Se comerán panes sin levadura el primer mes desde el día 14 del mes por la tarde hasta el día 21 del mes por la tarde. Está prohibido tener algo leudado en casa durante ese tiempo y el que coma algo leudado será cortado de la congregación, sea peregrino o nativo. Nada leudado se comerá, sino panes sin levadura en todo lugar.
Quinta aliyá, 12:21-28
Moshé convoca a los ancianos y les da instrucciones para preparar y sacrificar el Pesaj. Tendrán que usar hisopo para manchar el dintel y los postes de la puerta. No se puede salir de la puerta hasta la mañana. Cuando HaShem vea la sangre pasará sobre la puerta y el ángel destructor no tendrá permiso para entrar. Esta ordenanza será guardada para siempre en la Tierra prometida. Cuando los hijos pregunten qué significa este servicio, hay que contestarles que es un sacrifico de Pesaj al Eterno que pasó por nuestras casas al herir a los egipcios. El pueblo hace reverencia y luego hace tal como HaShem ha mandado.
Sexta aliyá, 12:29-51
A la medianoche HaShem hiere a todos los primogénitos de Egipto. Faraón, sus siervos y todos los egipcios se levantan y claman. En todo hogar hay alguien muerto. Faraón llama a Moshé y Aharón diciéndoles que se vayan a adorar a HaShem con todo lo que han dicho. Los egipcios apremian al pueblo para que salga porque piensan que todos van a ser muertos. El pueblo toma la masa sobre sus hombros antes de que se leudara. Los hijos de Israel piden objetos de valor y ropa de los egipcios, según las instrucciones de Moshé, y les conceden lo que piden, despojando a los egipcios.
Los hijos de Israel, que son unos 600.000 varones sin contar los niños, parten de a pie de Ramsés hacia Sukot. Con ellos sube una multitud mixta y mucho ganado. De la masa coceen tortas de pan sin levadura. El tiempo que los hijos de Israel habitaron en Egipto fue de 430 años exactos. Esa noche es vigilia para HaShem para ser guardada por todos los hijos de Israel por todas las generaciones.
Ningún extranjero podrá comer del Pesaj. Un esclavo de un israelita podrá comerlo si se circuncida. Un peregrino o jornalero no podrá comerlo. Hay que comerlo en una casa. No se puede sacar su carne fuera de la casa ni quebrantar ninguno de sus huesos. Toda la congregación de Israel tendrá que hacer esto. Si un residente quiere celebrar Pesaj al Eterno, tendrá que circuncidar todo varón de su familia. Él será como un nacido en el país. Ningún incircunciso comerá de él. El residente y el nativo tendrán la misma ley.
Los hijos de Israel hacen tal como HaShem ha mandado a Moshé y Aharón. Ese mismo día HaShem los saca de Egipto en orden.
Séptima aliyá, 13:1-16
El Eterno habla con Moshé y dice que hay que consagrarle todo primogénito de Israel, de hombres y animales. Moshé dice al pueblo que se acuerde del día cuando el Eterno los sacó de la casa de esclavos y no comerán nada leudado. El mes de Aviv es el de la salida. Cuando el pueblo es llevado a la tierra prometida tendrá que hacer este servicio en ese mes. Hay que comer matsá durante siete días. En el séptimo día hay fiesta para el Eterno. Nada leudado se puede ver en todo el territorio. Cada uno tiene que contar a su hijo que esto lo hace porque el Eterno le sacó de Egipto. Hay que poner esto como señal en la mano y un recordatorio entre los ojos para que la Torá del Eterno esté en la boca. De año en año hay que guardar esta ordenanza.
Al llegar a la tierra prometida hay que pasar al Eterno todo macho que abre matriz tanto de hombre como de ganado. Los primogénitos de los asnos serán redimidos con un cordero, o matado. Todo hijo primogénito será redimido. Cuando el hijo pregunta sobre esto hay que decirle que el Eterno nos sacó con mano fuerte de Egipto, la casa de esclavitud. Cuando Faraón no nos dejó, HaShem mató a todo primogénito en Egipto, de hombres hasta animales. Por eso se sacrifican todos los machos primogénitos de los animales al Eterno pero todos los primogénitos de los hijos son redimidos. Esto será como señal en la mano y insignias entre los ojos, porque HaShem nos sacó de Egipto con poder.

Comentarios

Primera aliyá, 10:1-11
10:1 “Entonces HaShem dijo a Moshé: Preséntate a Faraón, porque yo he hecho pesado su corazón y el corazón de sus siervos, para mostrar estas señales mías en medio de ellos” – La palabra hebrea que ha sido traducida como “preséntate” es “bo”, que significa “ven”. Esto nos enseña que el Eterno estaba en Egipto con los hijos de Israel, y también que Él fue primero a Faraón e invitó a Moshé a ir con él. Un siervo del Eterno no hace las cosas por sí mismo, sino en colaboración con el Eterno. No toma iniciativas propias, sino siempre en relación con el Eterno, con lo que él dice y hace. Si tomamos decisiones sin consultar con el Eterno podemos sufrir graves consecuencias, como está escrito en Josué 9:14:
“Y los hombres de Israel tomaron de sus provisiones, y no pidieron el consejo de HaShem.
10:2 “y para que cuentes a tu hijo y a tu nieto, cómo me he burlado de los egipcios, y cómo he mostrado mis señales entre ellos, y para que sepáis que yo soy HaShem.” – Los padres tienen la responsabilidad de enseñar a los hijos acerca de lo que el Eterno ha hecho en sus vidas y, especialmente lo que pasó con la salida de Egipto. Esta salida simboliza la liberación de hasatán, el pecado y el mundo por medio de Yeshúa el Mesías. Hay que contar a los hijos la experiencia de salvación por medio de Mashiaj. Los padres tienen que transmitir estas verdades a sus hijos. Este texto también nos enseña que los abuelos tienen la obligación de contar a sus nietos acerca de la redención del Eterno. La tarea de transmitir la fe hebrea no cae solamente sobre los padres, sino también sobre los abuelos, como está escrito en Joel 1:3:
“Contadlo a vuestros hijos, y vuestros hijos a sus hijos, y sus hijos a la siguiente generación.
En el Salmo 78:2-8 está escrito:
“En parábolas abriré mi boca; hablaré enigmas de la antigüedad, que hemos oído y conocido, y que nuestros padres nos han contado. No lo ocultaremos a sus hijos, sino que contaremos a la generación venidera las alabanzas de HaShem, su poder y las maravillas que hizo. Porque Él estableció un testimonio en Yaakov, y puso una ley en Israel, la cual ordenó a nuestros padres que enseñaran a sus hijos; para que la generación venidera lo supiera, aun los hijos que habían de nacer; y éstos se levantaran y lo contaran a sus hijos, para que ellos pusieran su confianza en Elohim, y no se olvidaran de las obras de Elohim, sino que guardaran sus mandamientos; y no fueran como sus padres, una generación porfiada y rebelde, generación que no preparó su corazón, y cuyo espíritu no fue fiel a Elohim.
La tradición de pasar la revelación de padres a hijos, es la que ha mantenido vivo el pueblo de Israel a lo largo de todas las generaciones y es parte de la misma declaración de fe hebrea, como está escrito en Deuteronomio 6:6-7:
“Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y diligentemente las enseñarás a tus hijos, y hablarás de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes.
Si los padres dejan que otros se encarguen de la educación espiritual de sus hijos, no han cumplido con esta responsabilidad. Tanto los padres como los hijos tienen la necesidad de esta transmisión. Los padres necesitan recordar y alabar al Eterno por los milagros que han vivido y pasar estas experiencias a sus hijos y a sus nietos. Ellos, a su vez, recibirán, y serán conscientes de, una herencia espiritual que es capaz de producir en ellos una confianza profunda en Elohim. Un padre debe leer la Escrituras todos los días a sus hijos, mientras estén viviendo bajo su techo. Así levantará una generación de santos.
10:9 “Y Moshé respondió: Iremos con nuestros jóvenes y nuestros ancianos; con nuestros hijos y nuestras hijas; con nuestras ovejas y nuestras vacadas iremos, porque hemos de celebrar una fiesta a HaShem.” – Este versículo nos enseña que hay tres cosas que son necesarias para que se pueda celebrar una fiesta para el Eterno:
· Libertad
· La familia
· Sacrificio
Sin estos tres no es posible celebrar una verdadera fiesta al Eterno.
10:11 “No será así; id ahora sólo los hombres, y servid a HaShem, porque eso es lo que habéis pedido. Y los echaron de la presencia de Faraón.” – Faraón quería intentar que las mujeres y los niños se quedaran en Egipto mientras que los varones se fueran a celebrar fiesta al Eterno. Esto no es posible. Si la esposa y los hijos no pueden estar con nosotros, no podremos celebrar una fiesta delante del Eterno. Los niños tienen que sentirse bienvenidos y a gusto en nuestras celebraciones. Si no lo están, no estamos haciendo las cosas bien. Faraón simboliza a hasatán y como tal intenta hacer dos cosas:
· Dividir la familia.
· Apartar a los niños de los cultos.
Todas las celebraciones judías están diseñadas para que los niños puedan sentirse involucrados en ellas. Por esto usamos mucha simbología y objetos de culto para que nuestra enseñanza y nuestro servicio al Eterno sean fáciles de asimilar para los pequeños. El Mesías se indignó contra sus talmides cuando intentaron apartar a los niños de la presencia mesiánica, como está escrito en Marcos 10:13-16:
“Y le traían niños para que los tocara; y los discípulos los reprendieron. Pero cuando Yeshúa vio esto, se indignó y les dijo: Dejad que los niños vengan a mí; no se lo impidáis, porque de los que son como éstos es el reino de Elohim. En verdad os digo: el que no reciba el reino de Elohim como un niño, no entrará en él. Y tomándolos en sus brazos, los bendecía, poniendo las manos sobre ellos.”
Segunda aliyá, 10:12-23
10:14 “Y subieron las langostas sobre toda la tierra de Egipto y se asentaron en todo el territorio de Egipto; y eran muy numerosas. Nunca había habido tantas langostas como entonces, ni las habría después.” – En Joel 2:2 hay una referencia a una invasión de langostas en la tierra de Israel como está escrito:
día de tinieblas y lobreguez, día nublado y de densa oscuridad. Como la aurora sobre los montes, se extiende un pueblo grande y poderoso; nunca ha habido nada semejante a él, ni tampoco lo habrá después por años de muchas generaciones.
¿Cómo es posible que en la Torá esté escrito que no habrá tantas langostas después cuando el profeta Yoel dice que nunca ha habido nada semejante? Vamos a dar dos interpretaciones a esta aparente contradicción:
Rashí dice que la profecía de Yoel muestra que esa plaga de langostas fue más severa que la de Moshé. Pero no hubo contradicción porque la plaga de Yoel estaba compuesta por numerosas especies de langostas en conjunto: las especies arbé, yélek, jasil y gazam. Pero la plaga de Moshé consistió en una sola especie, e igual a ella no hubo antes ni habrá después.
También podríamos interpretar estos dos textos de manera que las dos plagas ocurrieron en dos países distintos, Egipto y la tierra de Israel. La promesa de que nunca será algo semejante se refiere sólo a Egipto. La plaga que se menciona en el libro de Yoel está en relación con la tierra de Israel, y allí no había ocurrido nada semejante, ni tampoco habrá después. Los demonios en forma de langostas, que vendrán sobre el mundo en los últimos tiempos, (cf. Revelación 9:1-11), no serán tan numerosos como las que hubo en Egipto en tiempo de Moshé o en Israel en tiempo de Yoel.
10:22 “Extendió Moshé su mano hacia el cielo, y hubo densas tinieblas en toda la tierra de Egipto por tres días.” – Los tres días de tinieblas aluden a la muerte del Mesías.
10:23 “No se veían unos a otros, nadie se levantó de su lugar por tres días, pero todos los hijos de Israel tenían luz en sus moradas.” – Las tinieblas no fueron de la clase que nosotros las conocemos, sino que no hubo manera de obtener luz. Aunque encendían fuego, no emitía luz. Eran tinieblas compactas de manera que nadie se podía mover de un lugar a otro. Todos estaban quietos en sus lugares durante tres días. Pero los hijos de Israel tenían luz en sus hogares. Esto nos enseña que los hijos de luz andamos en luz y los hijos de las tinieblas están esclavizadas por las tinieblas. Hay dos reinos espirituales, el reino de luz, donde gobierna HaShem, sobre los que andan en la obediencia, y el reino de tinieblas, donde reina hasatán sobre los que andan en la desobediencia. Los que se encuentran en el reino de tinieblas podrán pasar de allí al reino de luz, como está escrito en el Salmo 107:10-15:
“Moradores de tinieblas y de sombra de muerte, prisioneros en miseria y en cadenas, porque fueron rebeldes a las palabras de Elohim y despreciaron el consejo del Altísimo; humilló pues, sus corazones con trabajos, tropezaron y no hubo quien los socorriera. Entonces en su angustia clamaron a HaShem y Él los salvó de sus aflicciones; los sacó de las tinieblas y de la sombra de muerte y rompió sus ataduras. Den gracias a HaShem por su misericordia y por sus maravillas para con los hijos de los hombres.
En Hechos 26:18 está escrito:
“para que abras sus ojos a fin de que se vuelvan de la oscuridad a la luz, y del dominio de Satanás a Elohim, para que reciban, por la fe en mí, el perdón de pecados y herencia entre los que han sido santificados.
En 1 Pedro 2:9 está escrito:
Pero vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido para posesión de Elohim, a fin de que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable
En Colosenses 1:13 está escrito:
“Porque Él nos libró del dominio de las tinieblas y nos trasladó al reino de su Hijo amado
En 1 Tesalonicences 5:5 está escrito
porque todos vosotros sois hijos de la luz e hijos del día. No somos de la noche ni de las tinieblas.
Tercera aliyá, 10:24 – 11:3
10:26 “Por tanto, también nuestros ganados irán con nosotros; ni una pezuña quedará atrás; porque de ellos tomaremos para servir a HaShem nuestro Elohim. Y nosotros mismos no sabemos con qué hemos de servir a HaShem hasta que lleguemos allá.” – Moshé no podía mentir. Ellos no sabían qué era lo que HaShem iba a pedir en sacrificio. Para sacrificar al Eterno hay que estar dispuesto a darlo todo. No se puede dejar ni una pezuña atrás en nuestra entrega al Eterno. Todo le pertenece y por lo tanto estamos dispuestos a darle cualquier cosa que nos pida.

Cuarta aliyá, 11:4 – 12:20

11:6 Y habrá gran clamor en toda la tierra de Egipto, como nunca antes lo ha habido y como nunca más lo habrá.” – En Isaías 19 hay una profecía que habla de lo que va a pasar con Egipto en los últimos tiempos. Allí está escrito que el Eterno va a herir a Egipto en los últimos tiempos, como dice el versículo 22.
“Y HaShem herirá a Egipto; herirá pero sanará; y ellos volverán al Eterno, y Él les responderá y los sanará.
En Isaías 11:15a está escrito:
“Y HaShem destruirá la lengua del mar de Egipto.
A pesar de estas heridas que se verán en un futuro no muy lejano, no va a haber un grito en Egipto como aquella noche cuando todos los primogénitos fueron muertos.
12:2 Este mes será para vosotros el principio de los meses; será el primer mes del año para vosotros.” – El mes de Aviv, cf. 13:4, ha sido establecido por el Eterno como el primero de los meses del año. Ese mes coincide más o menos con la última mitad de marzo y la primera mitad de abril, según el calendario romano. La palabra “aviv”[1] significa “espigas verdes”. En la edad media tomó el significado de “primavera” y así es usada en el hebreo moderno. En el mes de las espigas verdes, el de la primavera, el pueblo de Israel salió de Egipto. Es el mes de la redención. La redención es el inicio del programa de salvación del Eterno. Todo empieza con el sacrificio del cordero, cuya sangre libera de la muerte. Después viene la libertad de la esclavitud. Todo el programa de salvación está revelado en las fiestas del Eterno, y por esto este mes tiene que ser el primero del año, para que el programa esté en orden. Al alterar el orden de los meses se altera el plan de redención del Eterno y no se entenderá.
La tradición judía, en parte heredada desde Babilonia, establece el Rosh HaShaná, el nuevo año, el primer día del séptimo mes, llamado Tishrí (septiembre-octubre). Pero la Torah no menciona esa fecha como el principio del año, sino el primero del mes de Aviv, que también tiene el nombre babilónico de Nisán, cf. Nehemías 2:1; Ester 3:7. En el Talmud hay una discusión entre dos rabinos si el mundo fue creado en el mes de Nisán o Tishrí. La última tuvo más fuerza y por esto se ha establecido que el cómputo de los años desde la creación del mundo es a partir del 1 de Tishrí, que es el séptimo mes en el anuario bíblico. Hay una fiesta anual establecida en la Torá para ese día, llamada Yom Teruá, el día del clamor, o toque de shofar. El judaísmo babilónico celebra el nuevo año en esa fiesta, llamándolo Rosh HaShaná, “cabeza del año”. Sin embargo, la Torá dice que “para vosotros”, es decir, para los hijos de Israel y los gentiles convertidos que son copartícipes de la redención, el mes de Aviv es el primero del año.
La expresión “para vosotros” nos da a entender que no es así para otros. Desde el principio los pueblos de las naciones contaron los meses desde el día de la creación de Adam, el primer día del primer mes. Cuando Adam fue creado el sexto día de la semana, él empezó a contar el tiempo. Para él fue el primer día del primer mes. Esto nos enseña que Adam probablemente fue creado el día de la luna nueva. Desde entonces sus descendientes contaron los meses y los años según marcaba el sol y la luna, cf. Génesis 1:14.
Ahora el Eterno dice “para vosotros”, dando a entender que para otros no lo es. Ellos seguirán contando de otra manera. Antes de la salida de Egipto, los hijos de Israel no celebraban el mes de Aviv como el primero del año. Pero cuando el Eterno empieza su programa de redención, cambia todo. El mes que antes fue el primero, de repente es considerado como el séptimo. Tishrí, que antes era el primer mes, llegó a ser el séptimo. “Para vosotros” es así, pero los demás no lo van a ver así, porque no son parte de la gran redención.
El Talmud[2] dice:
Cuatro son los años nuevos en el calendario hebreo: El primer día del mes de Nisán - es el año nuevo de los reyes y las festividades, el primero del mes de Elul - año nuevo para el cálculo del diezmo sobre los animales... el primer día del mes de Tishri - año nuevo para la cuenta de los años (para el cálculo de la Shmitá - año sabático y el Yovel - jubileo), para las plantaciones y los cultivos agrícolas, y el primero de Shvat - año nuevo para los árboles, según Shamai. En la escuela de Hilel dicen: (el año nuevo de los árboles es) el decimoquinto día del mes.”
La Halajá (ley práctica) se fijó según Hilel, por lo tanto, el 15 de Shvat se celebra el año nuevo de los árboles.

Relación aproximada entre el calendario romano y el calendario judío.

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(Los nombres de los meses que aparecen entre paréntesis son los que aparecen en la Biblia)
Los nombres de los meses romanos septiembre hasta diciembre nos muestran que había una relación antigua entre el cómputo bíblico y el romano. Septiembre corresponde al séptimo mes Tishrí, octubre corresponde al octavo mes Jeshván, noviembre corresponde al noveno mes Kislev, y diciembre corresponde al décimo mes Tevet. Luego hubo cambios en el calendario romano y estos meses ya no corresponden al nombre que llevan. Septiembre ahora es el noveno mes del año romano.
Está escrito en el Salmo 104:19a:
“Él hizo la luna para medir las estaciones.”
La Torá dice que en primer lugar hay que basarse en la luna para medir las estaciones. Sin embargo, el sol también fue creado para mostrar los años, como está escrito en Génesis 1:14
Entonces dijo Elohim: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche, y sean para señales y para estaciones y para días y para años
El calendario hebreo es una combinación entre la luna y el sol. El año lunar tiene actualmente aprox. 354,36 días y el año solar aprox. 365,25 días. Por esta razón, si se sigue solamente la luna, van a faltar 11 días al año para llegar al año solar, que es la que rige en la naturaleza. El calendario árabe sigue solamente la luna y el calendario romano sigue solamente el sol. Ninguno de los dos cumplen los requisitos de la Torá. Tanto el sol como la luna tienen que ser la base para medir los años.
Un mes bíblico siempre empieza con la luna nueva. Según la Torá, el primer mes, Aviv, tiene que caer en la primavera, cuando la cebada está lista para ser cosechada en la tierra de Israel. Si nos regimos sólo por el año lunar, (con 354 días), que no sigue el ciclo de la naturaleza, la primavera no caería en el mismo mes cada año. Y si seguimos solamente el año solar, no podríamos celebrar las fiestas según la luna nueva, como manda la Torá. Tenemos que tener una combinación entre la luna y el sol.
Para ajustar la diferencia entre el año lunar y el año solar, en tiempos bíblicos se añadía un mes extra al final del año en el caso de que la cebada no estuviera lista para ser cosechada. Para la fiesta del primer mes hacía falta un sacrificio de harina de cebada y si no había cebada no se podía celebrar la fiesta. Así que hasta el siglo IV e.c. la misma naturaleza de Israel decidía cuando iba a ser el primer mes de cada año. Si la primavera venía tarde un año, se añadía un mes extra a los doce meses del año. Si la cebada estaba madura, no se añadía, y así sucesivamente. Más adelante se estableció un calendario fijo, que es el que se usa en la actualidad, elaborado por Hilel II en el año 358 e.c., en el cual se añade por reglas matemáticas un mes extra (Adar II) cada dos o tres años. En total son añadidos 7 meses durante un periodo de 19 años.
El año bíblico es de 360 días, cf. Daniel 7:25; Revelación 13:5; 11:2-3; 12:6, 14. No hay ningún testimonio en las Escrituras de que hay que añadir un mes extra cada dos o tres años. La Torá no lo contempla, cf. Génesis 7:11, 24; 8:3-4; Ester 1:4. Esto nos da pie a pensar que al principio no hubo diferencia entre el año solar y el año lunar. El mes lunar tenía exactamente 30 días y así los 12 meses daban un año de 360 días. Esto significa que la tierra sólo necesitaría 360 días para dar una vuelta alrededor del sol.
Hay documentos arqueológicos e históricos de varias culturas antiguas que muestran que hubo un cambio en el sistema solar en el siglo VIII a.e.c., cuando fueron añadidos 5 días al año solar. Algo pasó en nuestro sistema solar que causó un desajuste entre el año lunar y el año solar. La tierra se alejó del sol y la luna se acercó a la tierra. Hay un acontecimiento relatado en las Escrituras que coincide con la fecha dada en las culturas antiguas, que nos da pie a pensar que fue en ese momento cuando sucedió este desajuste en nuestro sistema solar, según está escrito en 2 Reyes 20:8-11:
Y Jizkiyahu dijo a Yeshayahu: ¿Cuál será la señal de que HaShem me sanará, y de que subiré a la casa de HaShem al tercer día? Respondió Isaías: Esta será la señal de HaShem para ti, de que HaShem hará lo que ha dicho: ¿avanzará la sombra diez grados o retrocederá diez grados? Y Jizkiyahu respondió: Es fácil que la sombra decline diez grados; pero no que la sombra vuelva atrás diez grados. El profeta Isaías clamó a HaShem, y El hizo volver atrás la sombra diez grados en las gradas las que había declinado, en las gradas de Ajaz.
En Isaías 38:7-8 está escrito:
Esta será para ti la señal de HaShem, de que HaShem hará lo que ha dicho: He aquí, haré que la sombra en las gradas, que ha descendido con el sol en las gradas de Ajaz, vuelva atrás diez grados. Y la sombra del sol retrocedió diez grados en las gradas por las que había descendido.
Este cambio causó que la luna nueva a partir de entonces ya no se podía saber con exactitud, puesto que el mes lunar llegó a tener 29 ½ días, en lugar de 30 que había tenido antes. En tiempos del rey Shaúl se sabía con exactitud cuándo iba a ser la luna nueva, como está escrito en 1 Samuel 20:5:
Y David respondió a Yehonatán: He aquí, mañana es luna nueva y debo sentarme a comer con el rey, pero déjame ir para que me esconda en el campo hasta el atardecer del tercer día.
Pero más adelante se necesitaban dos testigos cada mes para saber cuándo celebrar la fiesta de la luna nueva. Entonces ya no se podía saber con antelación cuándo iba a ser la fiesta anual de Yom Teruá, que cae el primer día del séptimo mes. Nadie sabe el día ni la hora cuando se verá la luna nueva de Yom Teruá. Esto nos enseña que el regreso del Mesías será en el primer día del séptimo mes, como está escrito en Mateo 25:13
Velad, pues, porque no sabéis ni el día ni la hora.
12:3 Hablad a toda la congregación de Israel, diciendo: "El diez de este mes cada varón tomará para sí un cordero, según sus casas paternas; un cordero para cada casa.” – Aquí “cada uno” se refiere a cada cabeza de hogar. El diez del mes de Aviv/Nisán fue tomado un cordero para cada casa donde se iba a comer. Según el Talmud,[3] esto sólo se hizo una vez. En las siguientes celebraciones no se introducía el cordero en la casa, sólo se designaba y fue revisado durante cuatro días para que fuera sin defecto, pudiendo ser tomado en cualquier momento.
En el día 10 de Nisán Yeshúa entró en Yerushalayim montado sobre un asno, como está escrito en Juan 12:12-15:
Al día siguiente (del Shabat), cuando la gran multitud que había venido a la fiesta, oyó que Yeshúa venía a Yerushalayim, tomaron hojas de las palmas y salieron a recibirle, y gritaban: ¡Hoshiá-na! BENDITO EL QUE VIENE EN EL NOMBRE DE HASHEM, el Rey de Israel. Yeshúa, hallando un asnillo, se montó en él; como está escrito: NO TEMAS, HIJA DE TSION; HE AQUÍ, TU REY VIENE, MONTADO EN UN POLLINO DE ASNA.
Esto no podía haber sido en Shabat, puesto que no está permitido montar sobre animales, ni quebrantar ramas en Shabat. Si el día 10 hubiera sido Shabat, el 14 habría sido el cuarto día de la semana (miércoles). De esto aprendemos que es imposible que el Mesías haya sido colgado sobre el madero el cuarto día de la semana.
Yeshúa vino a Beit-Anyá el sexto día de la semana (“viernes”), seis días antes de Pesaj (que se sacrificó el día 14 de Nisán), según Juan 12:1-2 donde está escrito:
Entonces Yeshúa, seis días antes del Pesaj, vino a Beit-Anyá donde estaba Elazar, al que Yeshúa había resucitado de entre los muertos. Y le hicieron una cena allí, y Marta servía; pero Elazar era uno de los que estaban con él.
La cena que fue ofrecida fue la cena de kabalat Shabat, la recepción del Shabat, en el inicio del Shabat, el viernes por la noche. Durante el día del Shabat vinieron muchos judíos para ver a Yeshúa y a Elazar que había sido reavivado de los muertos, cf. Juan 12:9. Luego dice el versículo 12: “Al día siguiente”, refiriéndose al primer día de la semana, el 10 de Nisán que, según mis cálculos coincidía con el domingo el 22 de abril del año 31 e.c., según el calendario romano.
cada varón tomará para sí un cordero” – Esto nos enseña que cada uno es responsable para apropiarse del Cordero de Elohim que ha sido provisto para la salvación de cada uno.
un cordero para cada casa” – Esto nos enseña que cada padre de familia tiene la responsabilidad de proveer todo lo necesario para que toda su familia pueda experimentar la salvación por medio de Yeshúa el Mesías.
12:5 El cordero será un macho sin defecto, de un año; lo apartaréis de entre las ovejas o de entre las cabras.” – La palabra hebrea para cordero es “sé”[4] que significa la cría de la oveja o de la cabra. Así que el cordero podría ser de cualquiera de estas dos clases de animales. El cabrito conecta el sacrificio de Pesaj con Yom Kipur, cuando se sacrifican dos machos cabríos que llevan el pecado de los hijos de Israel. El día 10 del primer mes tiene un reflejo en el día 10 del séptimo mes, Yom Kipur, el día de la expiación, cf. Levítico 16. De esto aprendemos que el Mesías sufriente hace las dos funciones de cordero y de macho cabrío, de morir para liberar a los primogénitos de la muerte y para quitar el pecado del pueblo. Por esto el rabino Yojanán ben Zejariyá exclamó proféticamente cuando vio a Yeshúa, como está escrito en Juan 1:29b:
He ahí el Cordero de Elohim que quita el pecado del mundo.
El Cordero alude al sacrificio de Pesaj, que no quitaba el pecado, sino liberaba de la muerte, y la frase: “que quita el pecado del mundo” hace alusión al sacrificio de Yom Kipur.
“macho” – El cordero tenía que ser macho, para simbolizar a un hombre, Yeshúa.
“sin defecto” – El cordero tenía que ser sin defecto para simbolizar a Yeshúa, que no tenía pecado (yetser hará) ni pecados, como está escrito en 1 Pedro 1:18-20:
“sabiendo que no fuisteis redimidos de vuestra vana manera de vivir heredada de vuestros padres con cosas perecederas como oro o plata, sino con sangre preciosa, como de un cordero sin tacha y sin mancha, la sangre del Mesías. Porque él estaba preparado desde antes de la fundación del mundo, pero se ha manifestado en estos últimos tiempos por amor a vosotros
Cuando habla de que él estaba preparado desde antes de la fundación del mundo, hace referencia al día 10 de Nisán cuando cada cordero fue asignado para ser sacrificado el día 14. La Mishná[5] enseña que antes de sacrificar el cordero había que señalar quiénes iban a participar en su comida. En tiempos del segundo templo cada persona tenía que unirse a un grupo que tenía un cordero asignado. Así que cada individuo de un grupo tenía un cordero asignado de antemano para él, cuatro días antes de su sacrificio. Esto enseña que el Mesías Yeshúa fue designado 4000 años antes de su muerte, que corresponden a 4 días, para ser sacrificado para todas aquellas personas que estaban inscritas en el libro de la vida desde antes de la fundación del mundo, como está escrito en Revelación 13:8:
“Y la adorarán todos los que moran en la tierra, cuyos nombres no han sido escritos, desde la fundación del mundo, en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado.
Otra traducción del mismo texto dice: “el Cordero, que fue inmolado desde la fundación del mundo.
Las dos traducciones son posibles, según el texto griego, y las dos cuadran dentro del contexto de Pesaj. Cada persona se inscribe para comer del cordero cuatro días antes de su sacrificio, y el mismo cordero es asignado para ser sacrificado cuatro días antes.
En Efesios 1:3-7 está escrito:
“Bendito sea el Elohim y Padre de nuestro Señor Yeshúa el Mesías, que nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en el Mesías, según nos escogió (nos inscribió en la lista para poder comer del cordero) en El antes de la fundación del mundo (4000 años antes que corresponden a 4 días), para que fuéramos santos y sin mancha delante de El. En amor nos predestinó para adopción como hijos para sí mediante Yeshúa el Mesías, conforme al beneplácito de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia que gratuitamente ha impartido sobre nosotros en el Amado. En él tenemos redención (en Pesaj) mediante su sangre, el perdón de nuestros pecados (en Yom Kipur) según las riquezas de su gracia.
Sin embargo, estaba permitido inscribirse en la lista de un grupo hasta el momento del sacrificio. La Mishná[6] dice: “Siempre pueden asignarse (comensales del cordero pascual) en tanto haya como la cantidad de una aceituna para cada uno de ellos. La asignación (de los participantes) y su anulación puede hacerse en tanto no se haya sacrificado.”
“de un año” – Según Rashí, esto significa que no puede haber cumplido 12 meses. Tenía que estar en su primer año de vida.
12:6 Y lo guardaréis hasta el día catorce del mismo mes; entonces toda la asamblea de la congregación de Israel lo matará al anochecer.” – El cordero tenía que ser revisado durante los cuatro días para que fuera perfecto. Lo mismo pasó con el Mesías cuando entró en Yerushalayim el día 10 de Nisán aquel año. Estuvo varios días enseñando en el templo y durante ese tiempo podían venir y hacerle preguntas. Vinieron los más estudiosos del pueblo para interrogarle e incluso intentaban atraparle en alguna palabra, como está escrito en Mateo 22:15:
“Entonces se fueron los perushim y deliberaron entre sí cómo atraparle, sorprendiéndole en alguna palabra.
Primero fue cuestionada su autoridad, luego le probaron con la pregunta sobre el impuesto al Cesar, y después le preguntan sobre la resurrección y finalmente sobre el gran mandamiento, cf. Mateo21-22; Lucas 20. En todas estas pruebas mostró que era un cordero sin defecto. Al final nadie se atrevía a hacerle más preguntas, como está escrito en Mateo 22:46:
Y nadie pudo contestarle ni una palabra, ni ninguno desde ese día se atrevió a hacerle más preguntas.
Luego fue interrogado por el Sanedrín, el gobierno de Israel, y luego por Pilato y Herodes, el gobierno de los gentiles. Ninguno podía encontrar un delito en él. Era un Cordero sin mancha.
La Mishná[7] dice:
“El cordero pascual era sacrificado por tres grupos, como está escrito: “lo inmolará toda la asamblea de la congregación de Israel”: asamblea, congregación, Israel. Cuando entraba el primer grupo, se llenaba el atrio. Cuando se cerraban las puertas del atrio, tocaban el shofar, luego la trompeta clamorosamente y luego de nuevo el shofar. Los sacerdotes estaban en pie formando dos filas y teniendo en sus manos vasos de plata y de oro. Una fila tenía todos los vasos de plata y la otra todos de oro. No estaban mezclados. Los vasos no disponían de base a fin de que no los pudieran posar y se coagulara la sangre. Un israelita lo inmolaba, el sacerdote recibía (la sangre) y la entregaba a su compañero y éste al suyo, recibía el (vaso) lleno y devolvía el vacío. El sacerdote que estaba más cercano al altar la vertía sobre las basas (del altar). Cuando salía el primer grupo, entraba el segundo. Cuando salía el segundo, entraba el tercero. Tal como actuaba el primero, así actuaban el segundo y el tercero. Recitaban el halel (Salmos 113-118). Cuando terminaban, lo repetían por segunda vez y cuando completaban esta segunda recitación, volvían tercera vez a recitarlo, aunque nunca ocurrió que pudieran terminarlo en la tercera vuelta. R. Yehudá dice: Jamás los del tercer grupo llegaron hasta “amo a HaShem porque me oye” (Salmo116:1), ya que estaba formado por poca gente.”
toda la asamblea de la congregación de Israel” – Todo Israel tenía la responsabilidad de matar el cordero. Pero no todos podían sacrificar. Esto nos enseña que el agente de una persona es como la persona misma. Esto se cumplió cuando el Mesías fue entregado a la muerte por tres grupos representativos de todo Israel, según Lucas 23:13, donde está escrito:
Entonces Pilato convocó a los principales sacerdotes, a los gobernantes y al pueblo
El pueblo de Israel tenía sobre si la responsabilidad de sacrificar el Cordero de la redención. Por lo tanto no fue un fracaso lo que sucedió con Yeshúa, todo estaba en el plan divino para la salvación del mundo. HaShem usó el rechazo de los judíos contra su propio Mesías para cumplir Su plan que había revelado en los profetas, como está escrito en Hechos 2:23:
“a éste, entregado por el plan predeterminado y el previo conocimiento de Elohim, clavasteis en un madero por manos de impíos y le matasteis
En Hechos 3:12, 14-15, 17-18 está escrito:
Al ver esto Pedro, dijo al pueblo: Varones israelitas... vosotros repudiasteis al Santo y Justo, y pedisteis que se os concediera un asesino, y disteis muerte al Autor de la vida, al que Elohim resucitó de entre los muertos, de lo cual nosotros somos testigos... Y ahora, hermanos, yo sé que obrasteis por ignorancia, lo mismo que vuestros gobernantes. Pero Elohim ha cumplido así lo que anunció de antemano por boca de todos los profetas: que su Mesías debería padecer.
En Hechos 4:27-28 está escrito:
Porque en verdad, en esta ciudad se unieron tanto Herodes como Poncio Pilato, juntamente con los gentiles y los pueblos de Israel, contra tu santo siervo Yeshúa, a quien tú ungiste, para hacer cuanto tu mano y tu propósito habían predestinado que sucediera.
Así que todo el pueblo de Israel cumplió su papel de sacrificar el Cordero, para su propia redención y la salvación del mundo, como está escrito en Juan 11:49-53:
Pero uno de ellos, Kayafá, que era sumo sacerdote ese año, les dijo: Vosotros no sabéis nada, ni tenéis en cuenta que os es más conveniente que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación perezca. Ahora bien, no dijo esto de su propia iniciativa, sino que siendo el sumo sacerdote ese año, profetizó que Yeshúa iba a morir por la nación; y no sólo por la nación, sino también para reunir en uno a los hijos de Elohim que están esparcidos. Así que, desde ese día planearon entre sí para matarle.
Había una discusión entre los tsedukim y los perushim cuándo había que sacrificar el cordero de Pesaj, la tarde antes del 14 de Nisán, o la misma tarde del 14 de Nisán. Los tsedukim dijeron que tenía que ser sacrificado antes del 14 de Nisán y comido durante la noche del 14 de Nisán. (Hay que tener muy en cuenta que el día no empieza según el cálculo romano, a las 12 h de la noche, sino a la caída del sol.) Así que los tsedukim sacrificaban sus corderos un día antes que los perushim. Los perushim fueron los que tenían la influencia sobre las masas de Israel, y por eso la mayoría seguía sus normas. Esto nos enseña que la vez cuando Yeshúa celebró el último Pesaj con sus talmides, lo hizo según la tradición de los tsedukim, un día antes, para luego poder ser el mismo Cordero de Elohim y morir el día siguiente, según la tradición de los perushim.
El cordero tenía que ser sacrificado por la tarde, más exactamente “entre las dos tardes”, según el texto hebreo. Según Rashí, la expresión “entre las dos tardes” significa el tiempo entre el mediodía, cuando el sol empieza a inclinarse, y la tarde cuando el sol se pone, “desde el oscurecimiento del día hasta el oscurecimiento de la noche”. La palabra “erev”,[8] “tarde” significa, según Rashí, “crepúsculo” o “oscuridad”, como se ve en Isaías 24:11b donde está escrito:
toda alegría se ha oscurecido (arvá), desterrado está el júbilo de la tierra.
“Entre las dos tardes” sería alrededor de las 3 h de la tarde, según el horario romano.
La Mishná[9] dice:
“El sacrificio diario (Números 28:1-8) se sacrifica a las ocho y media (dos y media de la tarde según el cómputo romano) y se ofrece a las nueve y media (tres y media). En la vigilia del Pesaj (el 14 de Nisán) se sacrifica a la siete y media y se ofrece a las ocho y media, ya sea día ferial, ya sea Shabat. Si la vigilia pascual ocurre en la tarde del sábado (viernes), se sacrifica a las seis y media y se ofrece a las siete y media. Luego el sacrificio pascual.”
Los relatos de los Escritos Apostólicos muestran que Yeshúa murió en la novena hora del día, lo cual corresponde a las tres de la tarde según la hora romana, como está escrito en Lucas 23:44-46:
“Era ya como la hora sexta, cuando descendieron tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena al eclipsarse el sol. El velo del templo se rasgó en dos. Y Yeshúa, clamando a gran voz, dijo: Padre, EN TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPÍRITU. Y habiendo dicho esto, expiró.
En el texto de la Mishná vemos que los corderos de Pesaj fueron sacrificados después del sacrificio diario de la tarde, que en días normales fue adelantado una hora para dejar lugar para el Korbán Pesaj (sacrificio pascual). Esto nos enseña que los primeros corderos de Pesaj, que fueron sacrificados aquel 14 de Nisán cuando Yeshúa estaba colgando sobre el madero enfrente de la entrada del templo, murieron a la misma hora que él.
El texto de la Mishná también nos enseña que si el 14 de Nisán cayó el sexto día de la semana, en víspera de Shabat, se adelantó el sacrificio diario dos horas para dejar lugar al sacrificio de Pesaj. En tal caso es Korbán Pesaj empezaría alrededor de las dos de la tarde, hora romana, lo cual no coincide con la hora de la muerte del Mesías. Esto nos indica que la muerte de Yeshúa no ocurrió el viernes.
Si ubicamos el día de la muerte de Yeshúa en el sexto día de semana (viernes), no cuadra con el texto de Juan 12:1 donde dice que llegó de viaje a Beit-Anyá seis días antes de la Pesaj, puesto que Yeshúa no viajó en Shabat. Tampoco cuadra con el texto de Mateo 12:40 donde dice que tenía que estar en la tierra durante tres días y tres noches. Entre viernes y domingo no hay tres días y tres noches.
Si ubicamos el día de la muerte de Yeshúa en el cuarto día de semana (miércoles), no cuadra con el texto de Lucas 24:21 donde dice que ese primer día de la semana (domingo) era el tercer día después de su muerte, puesto que sería el cuarto día después de su muerte.
La resurrección no podía haber sido por la mañana del Shabat, puesto que Yeshúa caminó muchos más kilómetros de lo permitido cuando acompañó a los que iban a Emaús, Lucas 24:13, cf. Hechos 1:12.
La expresión de Lucas 24:1 "el uno de los Shabats", es una expresión hebrea para nombrar los días de la semana desde los Shabats. El "uno de los Shabats" es el primer día de la semana, llamado en el mundo secular “domingo”. El "dos de los Shabats" es el segundo día
de la semana, llamado “lunes”, etc.
Encontramos la expresión "El uno de los Shabats" en el texto griego en Hechos 20:7 y 1 Corintios 16:2, donde se refiere al primer día de semana, (que empieza a la caída del sol el sábado y dura hasta la caída del sol el domingo). En ambos textos es muy probable que se habla de la reunión de havdalá, un poco después del fin del Shabat, el sábado por la noche.
Según los cálculos astronómicos para los años 30 y 33, el novilunio del mes de Aviv fue en un sexto día (viernes). Si Aviv cayó tarde en el año 31 también coincide con el sexto día de la semana. Esto quiere decir que el 14 del mes de Aviv/Nisán el año en que murió el Mesías cayó sobre el quinto día de semana, llamado jueves. Según mis cálculos, Yeshúa murió el 26 de abril del año 31. Ese año la primavera cayó muy tarde y Pesaj se celebró tarde. El año anterior había tenido 13 meses.
Como dijimos antes, el calendario actual judío fue elaborado definitivamente por Hilel II en el año 358 e.c. y por lo tanto antes de él, el 14 de Aviv podía caer en un quinto día de semana (jueves), porque dependían de las señales de los cielos y de la tierra. Después de Hilel II ya no es posible porque en su calendario ha eliminado esa posibilidad.
Puesto que el día 15 de Aviv/Nisán es uno de los siete días de descanso adicionales anuales, según Levítico 23:6 y Juan 19:31 y en el año en que murió el Mesías ese día cayó en el sexto día de semana (viernes), había dos días de descanso seguidos en aquella semana. Las fuentes antiguas muestran que las tiendas podían abrirse un par de horas durante la tarde del 15 de Aviv antes del Shabat semanal, para que la gente pudiera comprar lo necesario para el Shabat semanal. De esa manera las mujeres tenían tiempo para comprar y preparar los casi 40 kilogramos de especias, pero no tenían tiempo para ungir el cuerpo. Si comparamos el texto de Marcos 16:1, que dice que compraron especias después del Shabat, y Lucas 23:56, que dice que prepararon especias aromáticas y perfumes antes del Shabat, entendemos que hubo dos días de descanso seguidos en aquella semana, el viernes fue el 15 de Nisán, que es un Shabat de la fiesta, y luego vino el Shabat semanal. Entre esos dos días de reposo, el viernes por la tarde, las mujeres compraron y prepararon la unción.
La conclusión es que el Mesías murió el quinto día de la semana a alrededor de la novena hora el 14 de Aviv/Nisán, 4001 años después de la creación de Adam, que corresponde a las 3 horas de la tarde el jueves 26 de abril del año 31, según el calendario romano. La sombra profética coincidía en los detalles mínimos con el cuerpo que proyectaba esa sombra. ¡Baruj HaShem!
12:7 Y tomarán parte de la sangre y la pondrán en los dos postes y en el dintel de las casas donde lo coman.” – En Egipto tenían puertas con dos postes y un dintel que formaban cruces en las esquinas. La cruz, como hemos dicho antes, está representada en la antigua letra hebrea tav, que se parece a una X. De esta manera aprendemos que la sangre que fue puesta sobre las maderas en las casas en Egipto anunciaba la muerte del Mesías ben Yosef sobre el madero que se parecía a una cruz, según la costumbre romana. La letra tav es la última letra del alefato hebreo y simboliza el final. Con esto vemos como la obra redentora del Mesías se había consumado cuando murió en aquél madero, como está escrito en Juan 19:30:
“Entonces Yeshúa, cuando hubo tomado el vinagre, dijo: ¡Consumado es! E inclinando la cabeza, entregó el espíritu.
La simbología en Egipto enseña que la muerte del Cordero de Elohim constituye una puerta. Es la puerta de la redención, como está escrito en Juan 10:9a:
“Yo soy la puerta; si alguno entra por mí, será salvo
12:8 comerán la carne esa noche, asada al fuego, y la comerán con pan sin levadura y con hierbas amargas.” – Sólo se come la carne, no los tendones ni los huesos. Esa noche se refiere a la noche del 15 de Nisán. El sacrificio de Pesaj no se puede comer de día. Para asarlo se usaba, en el tiempo del segundo templo, una estaca de madera de granado que atravesaba el animal desde la boca hasta el ano. Las extremidades y las entrañas se colocaban en el interior según la opinión del R. Yosé el galileo. R. Akivá dijo que se deben colocar por el exterior para no ser cocidos.[10] Según el Talmud[11] y Rashí los intestinos deben ser colocados en el interior después de haber sido lavados.
Los tres ingredientes más importantes en la celebración son:
· Korbán Pesaj – el cordero sacrificado y asado (sólo permitido en Yerushalayim, cf. Deuteronomio 16:5-6)
· Matsá – pan sin levadura (de trigo, cebada, espelta, avena o centeno[12])
· Maror – hierbas amargas (son válidas: lechuga, escarola, perifollo, eringio y hierbas amargas[13])
La Mishná[14] dice:
“Rabán Gamaliel solía decir: quien no dijo estas tres cosas en el sacrificio pascual no cumplió su obligación, a saber: el cordero pascual, el pan ácimo y las hierbas amargas. El cordero pascual, porque Elohim pasó de largo sobre las casas de nuestros padres en Egipto. El pan ácimo, porque fueron redimidos nuestros padres de Egipto. Hierbas amargas, porque los egipcios amargaron la vida de nuestros padres en Egipto, (Ex 1:14). En cada una de las generaciones ha de considerarse cada uno a sí mismo como si hubiese él salido de Egipto, ya que está escrito: “lo explicarás a tu hijo en aquel día, diciendo: es por lo que HaShem hizo por mí al salir de Egipto (13:8)””
Las cuatro copas fueron añadidas por Hilel,[15] poco antes de Yeshúa. En la cena de Pesaj, narrada en los Escritos Apostólicos, vemos como el Mesías usaba copas de vino. Esto nos enseña que él se sometía a una nueva costumbre que fue introducida en la celebración por uno de los jueces de Israel de la época. Dijo que el pan matsá hace referencia a él mismo, como está escrito en Lucas 22:19:
“Y habiendo tomado pan, después de haber dado gracias, lo partió, y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí.
Yeshúa usa la tercera de las cuatro copas y la aplica sobre sí, como está escrito en Lucas 22:20:
De la misma manera tomó la copa después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que es derramada por vosotros.
En Juan 6:48-59 está escrito:
“Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y murieron. Este es el pan que desciende del cielo, para que el que coma de él, no muera. Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo también daré por la vida del mundo es mi carne. Los judíos entonces contendían entre sí, diciendo: ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne? Entonces Yeshúa les dijo: En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del Hombre y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el día final. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él. Como el Padre que vive me envió, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí. Este es el pan que descendió del cielo; no como el que vuestros padres comieron, y murieron; el que come este pan vivirá para siempre. Esto dijo Yeshúa en la sinagoga, cuando enseñaba en Kefar-Najum.
La aplicación profética de Yeshúa de comer su carne y beber su sangre tiene una clara relación con la celebración del Pesaj judío. La carne del cordero trajo sanidad a todos los que la comían en Egipto, según está escrito en el Salmo 105:37:
Pero a ellos los sacó con plata y oro, y entre sus tribus no hubo quien tropezara.
La sangre del cordero trajo libertad de la muerte.
12:9 No comeréis nada de él crudo ni hervido en agua, sino asado al fuego, tanto su cabeza como sus patas y sus entrañas.” – Esto nos enseña que el espíritu de Yeshúa tenía que pasar por el fuego eterno, para redimirnos de allí.
Su cabeza habla de la mente del Mesías, como está escrito en 1 Corintios 2:16:
Porque ¿QUIEN HA CONOCIDO LA MENTE DE HASHEM, PARA QUE LE INSTRUYA? Mas nosotros tenemos la mente del Mesías.
Sus patas hablan de la conducta del Mesías, su manera de caminar en la vida, como está escrito en Mateo 4:19:
“Y les dice: Seguidme...
En 1 Juan 2:6 está escrito:
“El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.
Sus entrañas hablan de dos cosas, el amor y la motivación del Mesías, como está escrito en Mateo 9:36:
“Y viendo las multitudes, tuvo compasión de ellas, porque estaban angustiadas y abatidas como ovejas que no tienen pastor
En Revelación 2:23 está escrito:
“Y a sus hijos mataré con pestilencia, y todas las congregaciones sabrán que yo soy el que escudriña los riñones y los corazones, y os daré a cada uno según vuestras obras.
La sangre del cordero libera de la muerte. Este es el primer paso en el camino de la redención. Es la salvación que cada uno obtiene al poner su fe en el sacrificio sustituto de Yeshúa. El segundo paso es comer su cabeza, sus patas y sus entrañas. Recibimos la cabeza del Mesías por medio del estudio de la Torá acompañados por el Espíritu del Mesías que nos explica las cosas. Recibimos las patas del Mesías mediante una imitación de su conducta, en palabra y obra. Recibimos las entrañas del Mesías mediante la llenura del Espíritu del Mesías, la limpieza de nuestros pecados y los sufrimientos.
12:10 “Y no dejaréis nada de él para la mañana, sino que lo que quede de él para la mañana lo quemaréis en el fuego.” – Es imposible no dejar algo de él. No se podía comer ni los tendones, inclusive el nervio ciático, (ver Génesis 32:33), ni los huesos. Así que lo único que se podía hacer era quemar el resto. Esto nos enseña la importancia de recibir todo lo que es el Mesías Yeshúa. No podemos decir que queremos solamente una parte de él. No podemos decir que sólo queremos su sangre para ser libres de la muerte. No podemos decir que no queremos estudiar la Torá para obtener su mente. No podemos decir que no queremos imitar su conducta en el judaísmo. No podemos dejar de preocuparnos por los demás. No podemos dejar de buscar motivos limpios en lo más íntimo de nuestro ser. Todo esto es necesario para poder llegar a la madurez. Estos tres pasos corresponden a los tres niveles de crecimiento espiritual para los hijos de Elohim, de los cuales hemos hablado antes.
Este texto también nos enseña que el primer hombre fue totalmente eliminado con la muerte del Mesías. El segundo hombre fue creado con su resurrección, como está escrito en 1 Corintios 15:22, 45, 47:
“Porque así como en Adam todos mueren, también en el Mesías todos serán vivificados... Así también está escrito: El primer HOMBRE, Adam, FUE HECHO ALMA VIVIENTE. El último Adam, espíritu que da vida... El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre es del cielo.
En Efesios 2:15 está escrito:
“aboliendo en su carne la enemistad, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un nuevo hombre, estableciendo así la paz
En Efesios 4:22-24 está escrito:
“que en cuanto a vuestra anterior manera de vivir, os despojéis del viejo hombre, que se corrompe según los deseos engañosos, y que seáis renovados en el espíritu de vuestra mente, y os vistáis del nuevo hombre, el cual, en la semejanza de Elohim, ha sido creado en la justicia y santidad de la verdad.
12:11 “Y de esta manera lo comeréis: ceñidos vuestros lomos, las sandalias en vuestros pies y el cayado en vuestra mano, lo comeréis apresuradamente. Es el Pesaj de HaShem.” – La palabra Pesaj se refiere en primer lugar al animal sacrificado, el Korbán (sacrificio). Por esto el día de Pesaj es en primer lugar el 14 de Nisán, cuando se sacrifica el animal, como está escrito en Números 33:3:
“El mes primero partieron de Ramsés el día quince del mes primero; el día después del Pesaj, los hijos de Israel marcharon con mano poderosa a la vista de todos los egipcios
En Josué 5:10-11 está escrito:
“Estando los hijos de Israel acampados en Guilgal, celebraron el Pesaj en el día catorce del mes, por la tarde, en los llanos de Yerijó. Y el día después del Pesaj, ese mismo día, comieron del producto de la tierra, panes sin levadura y cereal tostado.
En Éxodo 34:25 vemos como la palabra Pesaj es usada más bien sobre la celebración, que sobre el mismo animal, como está escrito:
“No ofrecerás la sangre de mi sacrificio con pan leudado, ni se dejará nada del sacrificio de la fiesta del Pesaj hasta la mañana.
En Lucas 2:41 está escrito:
“Sus padres acostumbraban ir a Yerushalayim todos los años a la fiesta de Pesaj.
Más adelante vemos como la misma fiesta de los panes sin levadura, que empieza la noche del 15 de Nisán, toma el nombre del animal sacrificado, como está escrito en Lucas 22:1:
“Se acercaba la fiesta de los panes sin levadura, llamada Pesaj.
En Juan 2:23 está escrito:
“Cuando estaba en Yerushalayim durante la fiesta de Pesaj, muchos creyeron en su nombre al ver las señales que hacía.
Pero en la gran mayoría de las veces que la palabra Pesaj aparece en las Escrituras, hace referencia al mismo cordero.
La palabra hebrea “pésaj”[16] viene de la raíz “pasáj”[17] que significa “pasar por encima”, “saltar”, en alusión a que el Eterno saltó por encima de las casas de los hijos de Israel sin hacerles daño cuando mató a todos los primogénitos en Egipto.
12:12 “Porque esa noche pasaré por la tierra de Egipto, y heriré a todo primogénito en la tierra de Egipto, tanto de hombre como de animal; y ejecutaré juicios contra todos los dioses de Egipto. Yo soy HaShem.” – Los primogénitos representan el resto del pueblo, como está escrito en el Salmo 136:10:
“Al que hirió a Egipto en sus primogénitos, porque para siempre es su misericordia
12:13 “Y la sangre os será por señal en las casas donde estéis; y cuando yo vea la sangre pasaré sobre vosotros, y ninguna plaga vendrá sobre vosotros para destruiros cuando yo hiera la tierra de Egipto.” – Como está escrito que la sangre será señal para los hijos de Israel, no para otros, Rashí saca la conclusión de que la sangre fue puesta en la parte interior de las casas, no hacia fuera.
La palabra hebrea para señal es “ot”[18] (alef, vav, tav). En este texto ha sido escrita aq propósito de manera incompleta, sin la letra vav, que significa “clavo”, quedando así con la primera y la última letra del alefato hebreo. Esto nos enseña que la sangre del cordero de Pesaj es una señal incompleta para los hijos de Israel. ¡Hay otra señal más completa donde no faltan los clavos en relación con la sangre sobre los maderos! Esa señal es Aquel que dijo, según está escrito en Revelación 22:13:
“Yo soy el Alef y la Tav, el primero y el último, el principio y el fin.
12:14 “Y este día os será memorable y lo celebraréis como fiesta a HaShem; lo celebraréis por todas vuestras generaciones como ordenanza perpetua.” – Ese día se refiere al 15 de Nisán, que es el día de remembranza, por causa de la salida de Egipto que ocurrió entonces, cf. Números 33:3. Por esto el día 15 es un día de fiesta al Eterno.
12:15 “Durante un periodo de siete días comeréis panes sin levadura; además, desde el primer día quitaréis toda levadura de vuestras casas; porque cualquiera que coma algo leudado desde el primer día hasta el séptimo, su alma será cortada de Israel.” – Deuteronomio 16:8 dice que hay que comer matsá durante un periodo de seis días. Esto significa que en el séptimo día no hay una obligación de comer matsá (pan sin levadura), es opcional, siempre y cuando no se coma jamets, algo leudado. La octava regla de interpretación de la Torá del rabí Yishmael dice que todo lo que estaba comprendido dentro de una categoría general y que luego fue destacado específicamente para enseñar algo, no fue destacado solamente para enseñar algo con respecto a sí mismo, sino también a todo lo implicado en la categoría general. Basado en esta regla, Rashí deduce que por ser opcional el comer matsá el séptimo día de la fiesta de los panes sin levadura, así lo es también para los otros seis días de la fiesta. Pero para la primera noche hay un mandamiento específico de comer matsá, y por eso no es opcional, como está escrito en Éxodo 12:18:
“Por la noche comeréis pan ácimo”
“desde el primer día quitaréis toda levadura de vuestras casas” – Rashí lo traduce: “Pero en el día previo” – Se refiere al día previo a la fiesta del día 15. Por esto es llamado aquí “primero”, en el sentido de que precede a la fiesta de siete días. Hay otros ejemplos en las Escrituras cuando la palabra “rishón”, “primero” tiene el mismo significado, cf. Job 15:7. En español existe algo similar en la expresión “primero que todo” que da a entender que hay que hacer algo antes de otra cosa. No está permitido tener jamets, algo leudado, en el momento de sacrificar el Pesaj, como está escrito en Éxodo 34:25:
“No ofrecerás la sangre de mi sacrificio (el cordero de Pesaj) con pan leudado, ni se dejará nada del sacrificio de la fiesta del Pesaj hasta la mañana.
Esto nos enseña que hay que eliminar todo jamets durante la mañana del 14 de Nisán. De aquí surgió la ceremonia de buscar todo resto de levadura la noche del 14 de Nisán (la noche anterior al día 14), cuando el padre de familia va buscando con una vela por todo rincón de la casa. Cuando encuentra algo leudado lo mueve con una pluma de un ave hasta una cuchara de madera para luego atarlo en un pañuelo de lino. En la mañana siguiente se quema.
La Mishná[19] dice:
“R. Yehudá dice: se hace la búsqueda en la noche del 14 o en la mañana del 14 o en el momento en que ha de ser apartada. Los sabios dicen: si no ha buscado en la noche del 14 debe hacerlo el día 14; si no buscó el día 14, debe hacerlo durante la fiesta; si no lo buscó durante la fiesta, debe hacerlo después de la fiesta. Lo que se quiere dejar (para comer, regalar, vender o quemar) hay que ponerlo en un lugar guardado para no tener que hacer una búsqueda de nuevo. R. Meír dice: se puede comer durante toda la hora quinta y se quema al comienzo de la hora sexta.”
La idea es que no puede haber jamets a partir del medio día el 14, cuando está permitido sacrificar el cordero. Antes del mediodía tiene que estar eliminada toda la levadura.
“su alma será cortada de Israel” – No se refiere a darle la pena de muerte, sino que su alma es cortada de su relación espiritual con el pueblo de Israel y con el Eterno, como está escrito en Levítico 22:3b:
“esa alma será cortada de mi presencia.
La levadura simboliza varias cosas en las Escrituras:
· La levadura de los perushim – hipocresía, Lucas 12:1 (no vivir lo que se enseña).
· La levadura de los perushim y los tsedukim – doctrina falsa, Mateo 16:11-12.
· La levadura de Herodes – soberbia y astucia política, Marcos 8:15; Lucas 13:32.
· La levadura de malicia y maldad – jactancia, adulterio, mentira, 1 Corintios 5:6-8
En resumen, la levadura simboliza el pecado. La importancia que da la Torah para la eliminación de todas las sustancias leudadas y de la prohibición rígida de no comer estas sustancias, nos enseña varias cosas:
· El pecado fue eliminado con la muerte del Cordero de Elohim
· Para ser parte de la redención final hay que trabajar meticulosamente para eliminar todo pecado en la vida personal, “la casa”.
· Yeshúa es el pan sin levadura, sin pecado, que es ofrecido a todo israelita para que lo reciba personalmente y así sea parte de la redención.
En el profeta Sofonías 1:12 hay una referencia al momento de la búsqueda de sustancias leudadas con una vela durante la noche del 14 de Nisán, llamado “bedikat jamets”, como está escrito:
“Y sucederá en aquel tiempo que yo escudriñaré a Yerushalayim con lámparas, y castigaré a los hombres que reposan como el vino en sus heces, los que dicen en su corazón: "Ni bien ni mal hará HaShem.
12:16 “Y en el primer día tendréis una santa convocación, y otra santa convocación en el séptimo día; ningún trabajo se hará en ellos, excepto lo que cada uno deba comer. Sólo esto podréis hacer.” – Durante la semana de la fiesta de los panes sin levadura, en hebreo “Jag ha-Matsot”, hay dos días festivos, dos Shabats, el primer día y el séptimo, los días 15 y 21 del mes. En cada uno de estos días hay que hacer una convocación de santidad, “mikrá kodesh”. A diferencia del Shabat semanal, en estos Shabats está permitido hacer fuego con el fin de cocinar lo que se va a comer durante el día.
12:17 “Guardaréis el pan ácimo, porque en ese mismo día saqué yo vuestros ejércitos de la tierra de Egipto; por tanto guardaréis este día por todas vuestras generaciones como ordenanza perpetua.” – Según Rashí, se refiere a que hay que guardar los panes ácimos para que no fermenten y guardar el día para no hacer labores.
El proceso de fermentación en el pan representa el pecado. El pecado está simbolizado por la esclavitud en Egipto. La salida de Egipto, que ocurrió justo después del sacrificio del cordero de Pesaj, está relacionada con el pan sin levadura. Esto nos enseña que la muerte del Mesías produce libertad de la esclavitud del pecado. El sacrificio del Cordero es la condición para poder celebrar la fiesta de la libertad. Sin una persona no se apropia de la muerte del Mesías, no será liberada de la esclavitud del pecado y de la muerte.
12:19 “Por siete días no habrá levadura en vuestras casas; porque cualquiera que coma algo leudado, esa alma será cortada de la congregación de Israel, ya sea extranjero o nativo del país.” – El extranjero, en hebreo “guer”, se refiere aquí al que ha hecho conversión circuncidándose para ser parte de la congregación de Israel, cf. Levítico 24:16; Números 15:13-16.
12:20 “No comeréis nada leudado; en todo lugar donde habitéis comeréis panes sin levadura.” – este mandamiento no está limitado a la tierra de Israel.
Quinta aliyá, 12:21-28
12:21 “Entonces Moshé convocó a todos los ancianos de Israel, y les dijo: Sacad del rebaño corderos para vosotros según vuestras familias, y sacrificad el Pesaj.” – Esto constituye una de las obras de fe más importantes de la historia de nuestro pueblo, como está escrito en Hebreos 11:28:
“Por la fe celebró el Pesaj y el rociamiento de la sangre, para que el exterminador de los primogénitos no los tocara.
La celebración de la fiesta con el Pesaj fue una obra de fe, porque antes de salir, los hijos de Israel ya celebraron su libertad. La fe habla y actúa según las cosas que no son como si fuesen y así suceden.
12:22 “Y tomaréis un manojo de hisopo, y lo mojaréis en la sangre que está en la vasija, y untaréis con la sangre que está en la vasija el dintel y los dos postes de la puerta; y ninguno de vosotros saldrá de la puerta de su casa hasta la mañana.” – El hisopo es como el algodón, tiene la capacidad de chupar los líquidos. Además el hisopo tiene la característica de guardar la sangre para que no coagule. Así que la sangre untada en las maderas de las puertas no se coagulaba. Estaba viva todo el tiempo. Esto nos enseña que la sangre del Mesías siempre está viva y presente ante el Padre en el cielo.
El hisopo no es usado en las celebraciones posteriores de Pesaj, sólo se usó en Egipto. Pero vuelve a aparecer en las Escrituras en relación con la muerte de Yeshúa, como está escrito en Juan 19:29:
“Había allí una vasija llena de vinagre; colocaron, pues, una esponja empapada del vinagre en una rama de hisopo, y se la acercaron a la boca.
El hisopo es usado también en la ceremonia de la purificación de tsaráat, “lepra” y la purificación por haber estado en contacto con la muerte, cf. Levítico 14:4ss; Números 19:6; 1 Reyes 4:33 (5:13 heb.). También se usó para el rociamiento del pacto en Sinai, cf. Hebreos 9:19. El hisopo está íntimamente relacionado con la purificación del pecado y de la muerte, como está escrito en el Salmo 51:7:
“Purifícame con hisopo, y seré limpio; lávame, y seré más blanco que la nieve.
El doctor Alejandro Flemming que descubrió la penicilina, cultivó la primera penicilina del moho del hisopo.
12:23 “Pues HaShem pasará para herir a los egipcios; y cuando vea la sangre en el dintel y en los dos postes de la puerta, HaShem pasará de largo aquella puerta, y no permitirá que el ángel destructor entre en vuestras casas para heriros.” – El ángel destructor no es un ángel rebelde de hasatán, sino uno que fue enviado por HaShem, cf. 1 Crónicas 21:15-16.
12:26 “Y sucederá que cuando vuestros hijos os pregunten: "¿Qué significa este rito para vosotros?"” – En la Torá aparecen cuatro tipos de hijos en relación con Pesaj. Este es el primero. Este es llamado “malo”, porque no se identifica con sus padres y su pueblo al decir “vosotros”. Debería haber dicho “nosotros”. Los otros tres son los siguientes:
· El que no sabe preguntar, que no dice nada, Éxodo 13:8.
· El ignorante, que dice “¿Qué es esto?”, Éxodo 13:14.
· El sabio, que dice: “¿Qué significan los testimonios y los estatutos y los decretos que HaShem nuestro Elohim os ha mandado?”, Deuteronomio 6:20.
A cada uno de estos cuatro hay que enseñar en la cena de Pesaj según la capacidad de cada uno. La Mishná[20] dice:
“Se escancia luego la segunda copa. Aquí pregunta el hijo al padre, y si el hijo no tiene todavía conocimiento, el padre lo instruye: ¿en qué se diferencia esta noche de todas las otras noches? En que todas las noches podemos comer pan fermentado y pan ácimo; en esta noche, en cambio, ha de ser todo ácimo; en que en todas las noches podemos comer todo tipo de verdura, mientras en esta noche comemos (sólo) hierbas amargas; en que en todas las noches podemos comer carne asada, hervida o cocida, mientras que en esta noche sólo asada; en que en todas las demás noches mojamos una sola vez, mientras que en esta noche dos veces. Él comienza por el oprobio y termina con la gloria. Comenta el “un arameo errante fue mi padre” (Deuteronomio 26:5s) hasta que termina toda la perícopa.”
Vemos, por lo tanto, que al principio se mencionaba el cordero de Pesaj en las preguntas de los hijos, pero luego fue eliminado por causa de la destrucción del templo y la diáspora por los cuales no podemos sacrificar Pesaj.
Sexta aliyá, 12:29-51
12:30 “se levantó Faraón en la noche, él con todos sus siervos y todos los egipcios; y hubo gran clamor en Egipto, porque no había hogar donde no hubiera alguien muerto.” – Todos los primogénitos que había en la tierra de Egipto fueron heridos, cf. 12:12, no solamente de los egipcios. La única manera de ser liberado de esta plaga era unirse con el pueblo de Israel y creer en la sangre del cordero. En todas las casas había algún muerto. Según Rashí, implica también que el más importante en cada casa fue considerado como primogénito, aunque no había nacido primero, cf. Salmo 89:27.
12:37 Y partieron los hijos de Israel de Ramsés hacia Sukot, unos seiscientos mil hombres de a pie, sin contar los niños.” – La liberación llevó el pueblo hasta Sukot. La fiesta de Sukot es la última fiesta en el programa de redención del Eterno, al final del año, como está escrito en Éxodo 34:22b:
la fiesta de la recolección al final del año.
12:38 Subió también con ellos una multitud mixta, juntamente con ovejas y vacadas, una gran cantidad de ganado.” – Esta multitud se había unido al pueblo de Israel y se había circuncidado junto con ellos para poder comer el Pesaj y ser parte de la redención, cf. 12:48-51.
12:43 Y HaShem dijo a Moshé y a Aharón: Esta es la ordenanza del Pesaj: ningún extranjero comerá de ella.” – La palabra hebrea que ha sido traducida como extranjero es “ben nejar”[21] que significa un extraño, lo cual implica tanto un israelita apóstata como un gentil (Rashí).
12:45 El extranjero y el jornalero no comerán de ella.” – La palabra hebrea que ha sido traducida como extranjero es “toshav”, que significa “residente”, técnicamente llamado “guer toshav”. Este nombre se da a un gentil que ha renegado de la idolatría y, según muchas autoridades, también ha aceptado cumplir los siete mandamientos de los hijos de Noaj. El jornalero, “sajir”, es cualquier gentil que no es un “guer toshav”. El Talmud[22] dice:
Toshav significa un no judío que ha abandonado los ídolos pero aun se le permite ciertas cosas, como por ejemplo, cierto tipo de comidas que no es apta para el judío. Sajir significa un no judío que ha sido circuncidado pero aun no ha entrado en el mikveh (baño ritual para completar su conversión)”.
En cualquier caso, “toshav” y “sajir” son personas que no son parte de la comunidad de Israel.
12:46 Se ha de comer en una misma casa; no sacaréis nada de la carne fuera de la casa, ni quebraréis ninguno de sus huesos.” – Esto fue anunciado con respecto a lo que iba a pasar con el Mesías Yeshúa, como está escrito en Juan 19:31-36:
Los judíos entonces, como era el día de preparación (del Pesaj), a fin de que los cuerpos no se quedaran en el madero en el Shabat (porque ese Shabat era muy solemne), pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y se los llevaran. Fueron, pues, los soldados y quebraron las piernas del primero, y también las del otro que había sido colgado en un madero con Yeshúa; pero cuando llegaron a Yeshúa, como vieron que ya estaba muerto, no le quebraron las piernas; pero uno de los soldados le traspasó el costado con una lanza, y al momento salió sangre y agua. Y el que lo ha visto ha dado testimonio, y su testimonio es verdadero; y él sabe que dice la verdad, para que vosotros también creáis. Porque esto sucedió para que se cumpliera la Escritura: NO SERÁ QUEBRADO HUESO SUYO.
12:47 Toda la congregación de Israel la celebrará.” – Según la obra magnífica de Yeshúa HaMashíaj, los gentiles pueden entrar y formar parte de la congregación de Israel, por medio de un acto de conversión sin tener que circuncidarse en la carne. Los requisitos para la conversión mesiánica son:
· Arrepentimiento de los pecados y la idolatría de las naciones.
· Aceptación del yugo del Reino y de la Torá.
· Circuncisión del corazón y recepción del Espíritu de Mashiaj.
· Recepción del sacrificio expiatorio de Yeshúa.
· Fe en Elohim que resucitó a Yeshúa de entre los muertos.
· Confesión de Yeshúa como el Señor.
· Purificación por agua en el nombre de Yeshúa HaMashiaj.
Estos siete pasos constituyen la puerta de entrada para un gentil que hace la conversión mesiánica para pertenecer al pueblo de Israel. A partir de la tevilá, la purificación, no es considerado como “sajir” ni “ben nejar” ni “toshav” ni unicamente un “ben Noaj”, sino es un miembro pleno de Israel, hijo de Avraham por adopción y parte de la familia de Elohim, como está escrito en Efesios 2:19:
Así pues, ya no sois extraños ni extranjeros, sino que sois conciudadanos de los santos y sois de la familia de Elohim.
En Gálatas 3:7, 9 está escrito:
Por consiguiente, sabed que los que son de fe, éstos son hijos de Avraham... Así que, los que son de fe son bendecidos con Avraham, el creyente.
En Romanos 4:11, 16 está escrito:
y recibió la señal de la circuncisión como sello de la justicia de la fe que tenía mientras aún era incircunciso, para que fuera padre de todos los que creen sin ser circuncidados, a fin de que la justicia también a ellos les fuera imputada... Por eso es por fe, para que esté de acuerdo con la gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda la posteridad, no sólo a los que son de la Torá, sino también a los que son de la fe de Avraham, el cual es padre de todos nosotros
Como la Torá prohíbe la participación del cordero de Pesaj a los no circuncidados en la carne, de la misma manera no se puede compartir del Cordero de Elohim sin haber experimentado la circuncisión del corazón, en el espíritu, como está escrito en Colosenses 2:11-13:
En él también fuisteis circuncidados con una circuncisión no hecha por manos, al quitar el cuerpo de la carne mediante la circuncisión del Mesías; habiendo sido sepultados con él en la tevilá (bautismo), en el cual también habéis resucitado con él por la fe en la acción del poder de Elohim, que le resucitó de entre los muertos. Y cuando estabais muertos en vuestros delitos y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, habiéndonos perdonado todos los delitos.
En Romanos 2:29 está escrito:
sino que es judío el que lo es interiormente, y la circuncisión es la del corazón, por el Espíritu, no por la letra; la alabanza del cual no procede de los hombres, sino de Elohim.
En Filipenses 3:3 está escrito:
porque nosotros somos la verdadera circuncisión, que adoramos en el Espíritu de Elohim y nos gloriamos en el Mesías Yeshúa, no poniendo la confianza en la carne
Séptima aliyá, 13:1-16
13:2 “Conságrame todo primogénito; el primer nacido de toda matriz entre los hijos de Israel, tanto de hombre como de animal, me pertenece.” – Esto se escribió por dos motivos. Cuando el Eterno mató a todos los primogénitos que había en la tierra de Egipto, salvó a los primogénitos de Israel por medio de la sangre del cordero. Ellos estaban destinados a morir, pero gracias al precio de rescate, la sangre del cordero, fueron redimidos de esa muerte. Por esta razón HaShem los consagró de una manera especial para sí. Esto incluye hombres y animales. En segundo lugar es una alusión profética hacia el Mesías Yeshúa, que fue hijo primogénito de Miryam, su madre, y por lo tanto pertenecía al Eterno de una manera especial. Los primogénitos fueron destinados a ser sacerdotes, pero por el pecado del becerro de oro, ese derecho fue pasado a los levitas, cf. Números 3:12, 41, 45; 8:16, 18.
13:7 “Se comerá pan sin levadura durante los siete días; y nada leudado se verá contigo, ni levadura alguna se verá en todo tu territorio.” – La Torá prohíbe que haya algo leudado en la tierra de Israel durante la fiesta de los panes sin levadura, Jag HaMatsot. Esta es la actitud que debemos tener hacia el pecado. En toda área donde tengo autoridad debo esforzarme para que el pecado sea eliminado.
13:8 “Y lo harás saber a tu hijo en aquel día, diciendo: "Esto es con motivo de lo que HaShem hizo por mí cuando salí de Egipto."” – El padre de familia tiene la obligación de hacer un relato de la salida de Egipto en la noche de la celebración de Pesaj. Este relato es llamado “Hagadá”.
o:title="Tefilin" xmlns:v="urn:schemas-microsoft-com:vml"/> 13:9 Y te será como una señal en tu mano, y como un recordatorio en tu frente, para que la Torá de HaShem esté en tu boca; porque con mano fuerte te sacó HaShem de Egipto.” – Los cuatro textos de Éxodo 13:1-10; 11-16; Deuteronomio 6:4-9 y 11:13-21, son los que se llevan en los tefilín que se colocan sobre la mano y en la cabeza durante la oración matutina. La salida de Egipto debe ser algo que se recuerde cada día y hay que llevar esta obra redentora en la mano y entre los ojos. Debe ser parte de nuestras obras y debe ser la base de nuestra visión.
13:13 “Pero todo primer nacido de asno, lo redimirás con un cordero (o cabrito); mas si no lo redimes, quebrarás su cerviz; y todo primogénito de hombre de entre tus hijos, lo redimirás.” – El único animal impuro que es redimido es el asno. El asno representa la vida laboral del hombre. Pertenece al eterno. Necesita ser redimida por el Cordero.
13:16 “Será, pues, como una señal en tu mano y como insignias entre tus ojos; porque con mano fuerte nos sacó HaShem de Egipto.” – La palabra hebrea que ha sido traducida como “insignias” es “totafot”, que se refiere al tefilín de la cabeza, es difícil de entender. Hay varias propuestas dadas por los rabinos, entre ellas “diadema” y “remembranza”.
Hasta ahora ha habido 23 de los 613 mandamientos de la Torá. Son las siguientes:
  1. Precepto de “fructificar y multiplicarse”, Génesis 1:28.
  2. Precepto de la circuncisión, Génesis 17:10; Levítico 12:3.
  3. Prohibición de comer el nervio ciático (“guid hanashé”), Génesis 32:33.
  4. Precepto de consagrar el novilunio (la luna nueva), Éxodo 12:2.
  5. Precepto de degollar la ofrenda de Pesaj el 14 de Nisán, Éxodo 12:6.
  6. Precepto de comer la carne de la ofrenda de Pesaj el 15 de Nisán, Éxodo 12:8.
  7. Prohibición de comer la ofrenda de Pesaj cruda o cocinada en agua, Éxodo 12:9.
  8. Prohibición de dejar la ofrenda de Pesaj hasta la mañana siguiente, Éxodo 12:10.
  9. Precepto de eliminar cualquier producto leudado en nuestras posesiones, Éxodo 12:15.
  10. Precepto de comer matsá el 15 de Nisán, primer día de la fiesta de Pesaj, Éxodo 12:18
  11. Prohibición de que se halle jamets en nuestras posesiones durante la fiesta de Pesaj, Éxodo 12:19.
  12. Prohibición de comer cualquier producto que contenga jamets durante la fiesta de Pesaj, Éxodo 12:20.
  13. Prohibición de dar de comer de la ofrenda de Pesaj a un judío apóstata, Éxodo 12:43.
  14. Prohibición de comer de la ofrenda de Pesaj a un prosélito parcial (un gentil que se circuncidó pero sin haberse inmerso en la mikvé) o a un extranjero residente (un gentil que renegó la idolatría), Éxodo 12:45.
  15. Prohibición de sacar la ofrenda de Pesaj fuera de la casa, Éxodo 12:46.
  16. Prohibición de romper cualquier hueso de la ofrenda de Pesaj, Éxodo 12:46.
  17. Prohibición de dar de comer de la ofrenda de Pesaj a un incircunciso, Éxodo 12:47.
  18. Precepto de consagrar el primogénito de los animales en la tierra de Israel, Éxodo 13:2.
  19. Prohibición de comer jamets durante la festividad de Pesaj, Éxodo 13:3.
  20. Prohibición de que sea vista cualquier sustancia leudada en nuestras posesiones durante la festividad de Pesaj, Éxodo 13:7.
  21. Precepto de relatar el éxodo de Egipto, Éxodo 13:8.
  22. Precepto de redimir la cría primeriza del asno, Éxodo 13:13.
  23. Precepto de decapitar la cría primeriza del asno si no es redimido, Éxodo 13:13.


[1] Strong H24 aw-beeb', From an unused root (meaning to be tender); green, that is a young ear of grain; hence the name of the month Abib or Nisan: - Abib, ear, green ears of corn.
[2] Rosh HaShaná 2a.
[3] Mishná Pesajim 9:5; Talmud Pesajim 96a.
[4] Strong H7716 śeh śêy, seh, say, Probably from H7582 through the idea of pushing out to graze; a member of a flock, that is, a sheep or goat: - (lesser, small) cattle, ewe, lamb, sheep.
[5] Pesajim 5:3.
[6] Pesajim 8:3b.
[7] Pesajim 5:5-7.
[8] Strong H6153 ‛ereb, eh'-reb, From H6150; dusk: - + day, even (-ing, tide), night.
Strong H6150 ‛ârab, aw-rab', A primitive root (rather identical with H6148 through the idea of covering with a texture); to grow dusky at sundown: - be darkened, (toward) evening.
[9] Pesajim 5:1.
[10] Mishná Pesajim 7:1.
[11] Talmud Pesajim 74a.
[12] Mishná Pesajim 2:5.
[13] Mishná Pesajim 2:6.
[14] Mishná Pesajim 10:5a.
[15] El mayor de los sabios de la época del segundo templo. Su actividad se ubica entre los años 10 a.e.c. hasta el año 10 e.c (Encyclopaedia Judaica).
[16] Strong H6453 pesach, peh'-sakh, From H6452; a pretermission, that is, exemption; used only technically of the Jewish Passover (the festival or the victim): - passover (offering).
[17] Strong H6452 pâsach, paw-sakh', A primitive root; to hop, that is, (figuratively) skip over (or spare); by implication to hesitate; also (literally) to limp, to dance: - halt, become lame, leap, pass over.
[18] Strong H226 'ôth, oth, Probably from H225 (in the sense of appearing); a signal (literally or figuratively), as a flag, beacon, monument, omen, prodigy, evidence, etc.: - mark, miracle, (en-) sign, token.
[19] Pesajim 1:3-4a.
[20] Pesajim 10:4.
[21] Strong H5236 nêkâr, nay-kawr', From H5234; foreign, or (concretely) a foreigner, or (abstractly) heathendom: - alien, strange (+ -er).
[22] Yevamot 71a.

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